Desde hace tres meses, estoy viviendo a menos de una cuadra de la Av. Apoquindo y sistemáticamente, todas las noches escucho frenadas interminables que en la mitad de los casos a lo menos, terminan con un golpe y eso que estoy en una parte recta.
Luego del choque, se activan todas las guardias de emergencia, Seguridad Ciudadana, Bomberos de Rescate, Ambulancias, etc. y pienso siempre lo mismo, ¿Se habría podido evitar? ¿Cuántos heridos o muertos hubo esta vez? No exagero, lamentablemente no tengo a la vista la estadística por esquina, pero estoy seguro que el número de heridos no es nada de despreciable y me refiero sólo a la esquina de Warren Smith con Apoquindo. ¿Qué pasa si a esto le sumamos el resto de Apoquindo, el resto de Las Condes, el resto de nuestro País?
Cuando llega fin de año, empiezan las estadísticas y vemos que hubo miles de heridos en accidentes de tránsito y centenas de muertos, pero siento que no es más que estadística. ¿Realmente nos importa como ciudadanos? Salgamos a la calle y veremos que nos da lo mismo, o al menos, lo olvidamos cuando conducimos.
Diariamente vemos como las personas se atraviesan en sus autos, no respetan su pista, doblan donde no deben, existiendo un espacio aceleran lo máximo posible, superan todo el marketing de capacidad de los vehículos cargando los autos con decenas de niños, etc, etc.
Si a todo esto le agregamos que no hay fiscalización alguna, ni de día ni de noche, nadie controla la velocidad, el tránsito ni el consumo de alcohol. Nuestra ciudad queda a merced de nuestra cultura cívica, que lamentablemente como nación es muy pobre.
Me resisto a poner vidrios con doble panel en las ventanas para aislarme del ruido de estos accidentes (aunque no lo sean tanto), prefiero invitar a mi ciudad a crecer y respetarnos.
Esta noche soñaré que este caos es temporal y que estamos en un proceso de crecimiento y desarrollo, hasta que una nueva frenada me despierte y el cuento comience nuevamente.