Ayer tuve la oportunidad de asistir en el Estadio Español a una charla de Richard González, entrenador de entrenadores de la Federación Internacional de Tenis y quién además, entrena a jóvenes del circuito junior internacional. La charla era sobre las razones por las cuales los niños de improviso abandonan el deporte, sus causas y las responsabilidades de los padres y entrenadores. Fue una conversación muy entretenida e ilustrativa de lo que hay y de lo que no hay que hacer.
Pero bueno, más que refirme a la charla quiero reproducir una anécdota que Richard contó. En el circuito de Roland Garros participan los profesionales y también hay un circuito junior donde había chilenos participando este año. Un día, durante los entrenamientos de los junior que también estaban en competencia apareció Fernando González quién acaba de quedar eliminado en singles. No sólo fue a ver como estaban sino que se pudo a entrenar con ellos. Según contaba este entrenador, no hubo mejor sesión de entrenamiento que esa, el efecto motivador que tuvo en los jóvenes fue impresionante.
Esta anécdota no sólo habla bien de Fernando González sino que me hace reflexionar de cuantas oportunidades tenemos diariamente de motivar a nuestro entorno, con gestos tan simples como invertir algunos minutos con aquellos que están aprendiendo o a lo mejor tienen responsabilidades distintas a las nuestras. A lo mejor es fácil pasar de largo y enfocarnos a lo que nosotros tenemos que hacer, pero estoy seguro si le dedicamos algo de nuestro tiempo al resto, con honestidad, vamos a lograr importantes cambios en nuestro entorno y en nuestra sociedad.
Bien por Fernando González, gracias Richard por la charla y una nueva oportunidad para nosotros.
2 comentarios:
Hola Ramón; esto que cuentas de Fernando Gonzalez corrobora la impresión que me genera a simple vista; gran tipo; buen ejemplo; buen post. Gracias por compartirlo.
lo que cuentas reafirma la impresion y el juicio que tengo de Fernando Gonzalez. Creo tambien tenbemos una inmensa oportunidad de predicar con nuestro propio ejemplo en esta materia, dandose este tiempo siempre, qeu es el mejor invertido. No solo con la gente que nos rodea y con quienes nos toca por esas cosas del destino relkacionarnos, sino tambien, y principalmente, con nuestros hijos a quienes se lo debemos todo como sus padres...
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