Países como el nuestro donde los valores y principios son cada día más relativos necesitan de sistemas o medidas que permitan mantener la convivencia ciudadana dentro los límites mínimos de respeto.
Hace sólo pocos meses atrás, veíamos como la nueva justicia prometía resolver los temas en forma rápida y eficiente, hoy vemos como los delincuentes quedan sueltos por temas de forma, o bien, jueces de garantía que toman banderas de lucha que no les corresponden, justificando o a lo menos bajándole el perfil, al hecho de que los que tiene menos, le roben a los que tienen más.
Por otra parte, nuestro sistema policial está cada día más debilitado, tiene menos facultades, y es permanentemente cuestionado cuando actúan. Llega a ser ridículo, terminan parapetados en una esquina mientras los delincuentes de siempre los atacan.
No quiero ser exagerado pero vemos que hasta nuestros próceres se ven ridiculizados en televisión por instituciones del estado como es el caso del BancoEstado con Bernardo O´Higgins. Que pasaría en Argentina si el Banco Nación ridiculiza a San Martín? O si en Estados Unidos la SEC ridiculiza a Lincoln?
Creo que vamos de mal en peor, insisto en mi tesis de que debemos generar un Proyecto País que se haga cargo en el largo plazo de ir formando nuestros principios y valores. No podemos seguir dependiendo de cuan policial es el estado para mantener el orden, ya vemos que políticamente esta opción no da dividendos.
Conversábamos con un par de amigos de estos temas hace unos días atrás, y concluimos que el tema pasa por una nueva generación de políticos, ¿De dónde saldrán?
Nuestra triste conclusión fue que probablemente necesitamos una crisis profunda para que surjan estos nuevos líderes que fundarán el proyecto de largo plazo que necesitamos, espero que estemos equivocados.
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