viernes, marzo 30, 2007

Un gran susto

Mañana se cumplen tres semanas desde que pasé un gran susto. Estábamos en un campo familiar andando a caballo "los grandes" y luego de un par de horas, le tocó el turno a "los niños". Mis hijos no iban a perdonar si no los acompañaba, así que, a pesar del cansancio, no me bajé de mi caballo y salí con ellos. Cada uno en su caballo.

Más atrás venían dos sobrinos, bastante asustados, llevados por un huaso del lugar que venía más complicado que ellos. Me preocupó la situación así que, me regresé a tomar el caballo de uno de mis sobrinos. Estaba en eso cuando se espantan los caballos y caí de espalda a la tierra.

La sensación fue tremendamente extraña, todo ocurría en cámara lenta, mientras caía, solté el caballo de mi sobrina, me acuerdo de haber pensado en que me podía trabar en los estribos así que solté las piernas y cuando seguía cayendo, ví que me traía a mi caballo hacia mí y pensé que me podía pisar así que solté mi rienda y lo patee en el pecho para que retrocediera. Todo ocurría en tan lentamente que me permitía reflexionar y actuar. Cada vez que lo recuerdo, vuelvo sorprenderme.

El golpe me trajo a la realidad, quedé tendido con un fuerte dolor de espalda. Lo primero que hice fue verificar que podía mover los dedos de los pies, luego empecé a recorrer mi cuerpo para asegurarme que todo funcionaba. Me puse de pié y el dolor en la espalada era muy agudo. Terminé en la clínica donde el diagnóstico fue de fractura en la apófisis transversa de dos vértebras lumbares. El doctor me dijo: ¡La sacaste muy barata!
No hubo golpe en la cabeza, los riñones están sin novedad y no quedé inválido gracias a Dios! La terapia es aguantar el dolor, una faja y kinesiólogo.

Sin duda fue un gran susto, desde que estaba en el piso hasta que me dieron el diagnóstico. La sensación de que se te detiene el reloj es terrible, más todavía si en 48 hrs entraba a trabajar a una pega nueva!

El doctor me decía: "Después de los 40, no se anda a caballo" "no hay caidas sin consecuencias".

Me encantan los caballos y me gusta mucho andar en ellos pero el susto que pasé, hace que por el momento prefiera simplemente caminar.

6 comentarios:

Gabriel Bunster dijo...

Uf, de la que te salvaste; igual daños hubo y espero que la recuperación sea rápida. Gracias por compartirla y recibe un ánimo (no se si lo necesitas, pero igual) y un buen abrazo.

julio martinich dijo...

Como me vengo a enterar de tu caída, ¿y te puedes tomar un café con un amigo?

Ramón dijo...

Gabriel, te agradezco tu ánimo, siempres es necesario!!

Julio, encantado!! Mi celular sigue siendo el mismo, tengo tres cafés a menos de 30 metros de mi oficina, estoy en el Word Trade Center, hablemos esta semana y nos coordinamos.

Un fuerte abrazo a ambos.

Ramón

Jorge Tobar Silva dijo...

Ramón:

No tengo dudas de que en tu vida otras veces te haz caído de otros caballos. Estoy seguro de que esta vez, igual que las anteriores, volverás a subirte a ellos. Así debe ser, no hay alternativa.

Marta Salazar dijo...

lo siento! igual, seguiría montando, no hay nada peor que dejar de hacer algo por haber tenido una mala experiencia; después te pondré un link a tu historia. Saludos y cuídate! Sin duda fuiste un gran papá y un gran tío!

monicalvarez dijo...

Parece que tienes un buen angel de la guarda.
Saludos